Situado en los Pirineos navarros, en un entorno de naturaleza y tradición que ofrece productos de gran calidad artesana, el Valle del Roncal y sus quesos destacan como uno de los productos más auténticos de la región. Estos quesos, con su sabor único y elaboración artesanal, son sin duda una de las joyas gastronómicas más representativas del valle.
Este valle no solo es conocido por sus montañas, sino también por ser el lugar de origen del primer queso en España en recibir la Denominación de Origen Protegida (DOP) en 1981, un reconocimiento que destaca la calidad y autenticidad de este producto artesanal. El queso Roncal refleja el carácter del valle y de sus pastores, quienes, a lo largo de los siglos, han perfeccionado las técnicas de producción para ofrecer un queso único, con un sabor intenso y una textura inconfundible.
El queso Roncal está profundamente ligado al paisaje del valle, que alberga algunas de las cumbres más altas de Navarra, como los valles de Belagua, Belabarce y el Larra, donde las ovejas latxas y carranzanas pastan durante los meses de primavera y verano, hasta la llegada de las primeras nieves en otoño.
El queso se elabora con leche cruda de oveja latxa, una raza autóctona perfectamente adaptada a las condiciones del valle. La elaboración sigue un proceso totalmente artesanal que ha perdurado a lo largo de los siglos, utilizando únicamente leche, cuajo y sal, sin aditivos artificiales. El queso madura durante un mínimo de cuatro meses, lo que le otorga su sabor característico, ligeramente picante y con toques de frutos secos.
Fotografía: Queso Roncal de Navarra
La vida en el Valle del Roncal
El Valle de Roncal es mucho más que paisajes de verdes prados y bosques, también es un lugar lleno de historia y cultura.
Está atravesado por el río Esca, donde conserva tradiciones centenarias y eventos de gran interés cultural, como el Día de las Almadías, una celebración de la tradición fluvial de la región que ha alcanzado el reconocimiento de interés turístico nacional.
Cada uno de sus pueblos como Isaba, Roncal, Burgui, Garde, Vidángoz, Urzainqui y Uztárroz, conservan una arquitectura tradicional, con casas de piedra y tejados inclinados.
El Valle del Roncal, además de su patrimonio cultural y sus quesos, ofrece numerosas oportunidades para los amantes de la naturaleza. Senderos bien señalizados recorren montañas y bosques, y permiten disfrutar de actividades como el senderismo, el ciclismo y la observación de aves.
La ruta de la Cañada Real de los Roncaleses
Una de las mejores maneras de conocer de cerca el proceso de elaboración del queso Roncal es recorriendo la Cañada Real de los Roncaleses, una ruta histórica utilizada por los pastores del valle para guiar a sus ovejas hacia el sur en busca de pastos durante el invierno.
Esta ruta, que atraviesa el corazón del Valle de Roncal, conecta las tierras del norte con las del sur de Navarra y ofrece la oportunidad de descubrir los paisajes donde las ovejas latxas pastan libremente. Siguiendo esta ruta, no solo te sumergirás en la historia del pastoreo, sino que también tendrás la oportunidad de degustar este queso en los pueblos que recorren la cañada.
Durante el camino, en Isaba, Roncal y Burgui, podrás descubrir a los productores locales que ofrecen degustaciones del queso Roncal. Siguiendo esta histórica ruta, los viajeros podrán comprender mejor cómo el pastoreo tradicional ha influido en la calidad del queso y disfrutar de una experiencia que combina aventura, cultura y gastronomía.
Riqueza natural y cultural
El Valle de Roncal no es solo famoso por sus quesos, sino también por su increíble belleza paisajística y su legado cultural.
Los pueblos que componen el valle son el reflejo de una historia de pastoreo y tradiciones que siguen vivas hoy en día. Durante tu visita, podrás disfrutar de paseos por los verdes valles, conocer las antiguas técnicas de pastoreo, y por supuesto, probar el queso en sus diferentes grados de maduración, que van desde los cuatro meses hasta los más de nueve meses.
Este rincón de Navarra es el destino perfecto para quienes buscan una experiencia auténtica, donde la gastronomía y la historia se unen para ofrecer momentos inolvidables.
